El firmamento anuncia tu llegada, el sol brilla sin cesar, los pajarillos cantan al pasar.
Pues ha nacido un hermoso angelito en este lugar.
Durante 9 meses estuviste en mi vientre, abrigado y seguro, escuchando mis latidos del corazón.
Yo esperándote con tranquilidad y llegaste como un meteorito desafiando mi razón.
Tan frágil, tan pequeño, tan hermoso y tan deslumbrante para transformar nuestras vidas con solo una mirada, una sonrisa…
El tiempo se detuvo, mi respiración se detuvo, mi corazón dejo de latir al verte llegar como una brisa.
Despertaron nuevos sentidos por el solo anhelo de cuidarte y abrazar.
Tanta dicha y felicidad no podían faltar.
La forma de ver la vida, pensar y actuar, cambiaron al verte juguetear.
Un nuevo compromiso de cuidar y velar por ti se hizo presente en este lugar.
Deseo verte feliz, alegre y sonriente todos los días en tu andar.
Estaré siempre paciente, luz de mi vida y estrella de esperanza.
Te cubriré bajo mi manto y te resguardare en mi santuario, te protegeré, te cuidare, te sostendré y te guiare por siempre.
Te AMO tanto…
1 Corintios 13:4-7 El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; 5 no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; 6 no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; 7 todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
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